La Cruz del Papa y el Icono de María llegaron ayer a la ciudad entre una gran expectación por parte de los numerosos fieles que se dieron cita en los diferentes puntos donde estaba prevista la celebración de los actos en torno a esta visita. El obispo de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, Antonio Ceballos, el alcalde, José María Román, y el arcipreste de la ciudad, José María Bravo, fueron los encargados de dar la bienvenida oficial a este símbolo de la Iglesia Católica instaurado en el año 1984.
En esa fecha, Año Santo de la Redención, el Papa Juan Pablo II decidió situar una Cruz de casi cuatro metros cerca del Altar Mayor de la Basílica de San Pedro. Al finalizar el año, se la entregó a los jóvenes invitándoles a que la llevarán por todo el mundo como signo del amor de Jesús. Este símbolo lleva recorriendo el mundo entero desde hace más de 25 años, en una peregrinación que se desarrolla los dos años previos a la Jornada Mundial de la Juventud por el país de acogida de este evento, un encuentro que tendrá lugar en Madrid entre el 16 y 21 de agosto. Procedente de Conil, la Cruz hizo su entrada entre aplausos en una concurrida Plaza Mayor sobre las ocho menos cuarto de la tarde, precedida de las banderas y estandartes de los diferentes grupos, instituciones religiosas, hermandades y cofradías de la ciudad. Fue el obispo de Cádiz el encargado de abrir los discursos de bienvenida, animando a todos los presentes a acoger la Cruz y todo lo que ella representa.
Antonio Ceballos hizo un recorrido por los diferentes lemas utilizados en los países donde hasta ahora se han celebrado las Jornadas de la Juventud, recordando que este verano será España la que acoja esta fiesta de la juventud católica. Por su parte, el alcalde dio la bienvenida oficial a la Cruz y mostró todo el apoyo del Ayuntamiento al movimiento joven que gira en torno a este símbolo. Tras el acto de recepción en la Plaza Mayor, la Cruz desfiló ante los cientos de fieles presentes en las calles del centro, hasta llegar a la iglesia de San Telmo, donde se celebró el Rosario de las Familias.
Un Vía Crucis por las calles de la ciudad y una vigilia de oración completaron los actos celebrados, antes de que la Cruz quedara expuesta en el convento de las Madres Agustinas Recoletas. (diariodecadiz.es)
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