
A los sones de Jesús de las Penas comenzamos nuestro Vía
Crucis Parroquial por un nuevo recorrido entrando de lleno en el antiguo Barrio Nuevo, por el conjunto de calles más antiguas de nuestra ciudad. Allí en la penumbra y estrechez de sus calles pudimos enmarcar con sobriedad y mucha solemnidad el ejercicio de Vía
Crucis que
realizábamos. Más adelante, siempre dentro de los limites de nuestra Parroquia, recorrimos el conjunto de calles de San José,
Churrruca,
Gravina, Bodega, Obispo
Rances….así hasta llegar de nuevo a nuestro templo entre incienso y sones de marchas fúnebres. Los textos del Vía
Crucis han resultado muy apropiados y del agrado de los muchos devotos que nos acompañaban, puesto que trataron sobre temas como el aborto, la familia, las madres, los jóvenes, los que están apartados de nuestro Señor…
En conclusión sacamos un ejercicio muy fructífero por y para nuestra Parroquia, siempre con nuestro peculiar sello de identidad, seriedad y elegancia. Seguiremos trabajando.
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